adj. Del dios Mercurio, mensajero
de los dioses, o relativo a él. Se usa comúnmente para aludir a algo o alguien
errático, volátil o inestable, y deriva de los rápidos vuelos de Mercurio de un
lugar a otro.
1.
En una entrevista allá por los
años ’90, Roger Waters dijo que John Lennon y Freddie Mercury tal vez hayan
sido los dos mejores compositores de canciones dentro del ámbito del rock.
Mientras que el enlace entre Lennon y el bajista de Pink Floyd es evidente, el
vínculo se vuelve más curioso con Mercury, que como figura mediática era casi
lo opuesto a Waters. Por otro lado, hay un interés por la teatralidad del rock
(evidente en The Wall sobre todo) que
puede arrojar un primer punto en común entre ellos.
2.
Queen es una de esas raras bandas
en las que los cuatro miembros son buenos en sus respectivos instrumentos y más
todavía, son músicos más allá de sus
instrumentos. Mercury era un pianista más que eficiente, con un estilo muy
percusivo que se entramaba a la perfección con el bajo y la batería. Basta
escuchar el megaconocido «Bohemian Rhapsody» prestando atención a cómo el bajo
apuntala la mano derecha de Mercury, mientras Taylor, en la batería, compone
una serie de rellenos de acuerdo a los patrones rítmicos marcados por el piano.
3.
Freddie Mercury compuso varios de
los temas más conocidos de Queen, aunque no necesariamente algunos de los que
suelen estar asociados a su impronta. Sin embargo, la persona que hace posible
la continuidad de Queen a través de los años es Brian May, probablemente uno de
los tipos más decentes en la industria del rock, capaz de pelear por sus ideas
pero a la vez comprender y compensar el ego mastodóntico de Mercury. Con otro
guitarrista de perfil más alto, Queen no habría existido como banda más allá de
los primeros 5 discos. La mayoría de los éxitos de los ’80, incluyendo «Radio
Ga Ga», «A Kind Of Magic», «I Want To Break Free» y «Another One Bites The
Dust» fueron compuestos por Taylor y Deacon.
4.
Esto no quiere decir que no
hubiera fricciones y problemas de ego en la banda. Más allá de las internas que
son propias de todas las historias del rock, en el caso de Queen, durante la
grabación de A Kind Of Magic (1986) se
llegó al extremo de contratar a dos productores diferentes, uno para las
canciones de Mercury y Deacon y otro para las de May y Taylor.
5.
Si el disco Mr. Bad Guy (1985), primer intento solista de Mercury, hubiera sido
un éxito, probablemente Queen hubiera, como mínimo, pasado a ser un proyecto
secundario para el cantante. Pero en su momento fue un fracaso, y a la vez, la
discográfica CBS había pagado a Mercury un adelanto más grande que el que
EMI/Parlophone pagaba a todo Queen por cada uno de sus discos.
6.
De esa etapa de fricciones
intensas, surgió un nuevo sentido de propósito después de que Mercury fuera diagnosticado
como HIV positivo y portador de SIDA. A partir de entonces, y para limar esas
tensiones, se decidió que todos los temas dejarían de llevar créditos
individuales y por eso, las canciones que conforman «The Miracle» (1989),
«Innuendo» (1991) y «Made In Heaven» (1995) están firmadas simplemente como Queen.
7.
Es casi indiscutible que Freddie
Mercury fue el mejor cantante de rock de todos los tiempos. A nivel técnico
nomás, llegó a manejar un registro de cuatro octavas (el doble de lo que maneja
un muy buen cantante promedio). A lo largo de «Innuendo», que fue grabado con
un Mercury ya bastante debilitado, hay proezas vocales imposibles de discutir.
A diferencia de las Whitney o Celine, Mercury se destaca dentro de un formato
que no es únicamente un vehículo para su voz. En ese sentido comparte un lugar
más cercano a Robert Plant, Eddie Vedder y Axl Rose.
8.
«Death on two legs» abre A Night At The Opera (cuarto disco de la
banda y, para muchos, su magnum opus). La letra de este tema, de Mercury, está
dedicada al manager previo del grupo, que los había estafado de modo
escandaloso. Algunas líneas son tan duras que Brian May se sentía incómodo al
cantarla en vivo (aunque es imposible no imaginar la delicia de Mercury al
dejar nota de esas mismas frases):
Are you satisfied? Do you feel like suicide? (I
think you should)
Insane, should be put inside
You're a sewer rat decaying in a cesspool of pride
Should be made unemployed
Then make yourself null and void.
Insane, should be put inside
You're a sewer rat decaying in a cesspool of pride
Should be made unemployed
Then make yourself null and void.
9.
Contrariamente a lo que se
supone, «The Show Must Go On» no fue escrita por Mercury. Tanto letra como
música son mayormente de Brian May, que tomó una secuencia de acordes con la
que estaban atascados Deacon y Taylor, y escribió un primer párrafo junto a
Freddie, justamente, el menos personal:
Empty spaces - what are we living for?
Abandoned places - I guess we know the score
On and on, does anybody know what we are looking for...
Abandoned places - I guess we know the score
On and on, does anybody know what we are looking for...
El resto de la letra fue escrita
por May, y ahí es donde se reenfoca en este personaje a la vez derrotado por el
show-business y triunfal en su última salida a escena. Conocer este dato no es
menor, ya que libera a Mercury de una supuesta carga de autocompasión para mostrarlo
entonces a través de la mirada empática de su compañero de banda de casi 20
años.
10.
Durante sus últimas sesiones de
grabación (que luego formarían parte del material de Made in Heaven), Mercury pedía al resto del grupo que escribieran
frases y melodías y que se las llevaran urgente, para poder dejar grabada la
mayor cantidad de material posible. «Ustedes después le meten encima todo lo
demás», decía, y grababa en estudio la voz solamente con un metrónomo. El
último tema que Mercury grabó en vida fue «Mother Love». Murió antes de poder
terminarlo, razón por la que Brian May canta el último verso.
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